¿Cómo mantener las lunas y los limpiaparabrisas del coche en perfecto estado?
25 Enero 2021
Lejos de ser una actividad estanca, la conducción implica movimiento y una atención constante. De ahí que, para garantizar la seguridad vial, sea tan importante mantener nuestro vehículo a punto y disponer de una buena visibilidad durante los desplazamientos. Sin embargo, este último punto tiende a olvidarse. El mantenimiento de las lunas, lavaparabrisas y limpiaparabrisas del coche es esencial para percibir lo que sucede en la calzada y evitar accidentes al volante. Razón por la que se debe tener siempre presente la siguiente guía.
Mantenimiento del limpiaparabrisas del coche.
¿Qué son las lunas, los lavaparabrisas y los limpiaparabrisas del coche?
El primer paso es diferenciar los elementos del automóvil que intervienen en la visibilidad, empezando por las lunas o parabrisas. Es decir, aquellos cristales que separan a los pasajeros del exterior, impiden la entrada de elementos que perturben la conducción, conservan la temperatura y paran el golpe en caso de accidente. Estos vidrios, independientemente de su tipología, deben estar homologados.
Hasta aquí todo claro. La confusión suele producirse cuando hablamos de limpiaparabrisas y lavaparabrisas. Los primeros hacen referencia al dispositivo que sirve para enjuagar la superficie del parabrisas, o dicho de otra forma, las varillas articuladas con un movimiento automático que limpian los cristales en caso de lluvia, nieve o cualquier otro percance. Los segundos identifican el sistema por el cual se almacenan y transfieren los líquidos hacia la superficie que necesita ser aclarada, aunque coloquialmente suele considerarse una prolongación de lo anterior.
¿Cómo se mantienen las lunas, lavaparabrisas y limpiaparabrisas del coche?
De nuevo, el mantenimiento de las lunas es lo más generalizado. La mejor alternativa es lavar todo el vehículo mediante un chorro a presión o en un túnel de lavado, pasando posteriormente un paño por los parabrisas para eliminar los posibles restos de producto. Si esto no es factible, se pueden limpiar los cristales con agua caliente, jabón, esponja (u otro artículo afín) y ¡mucha paciencia! Esto último es importante para asegurar un buen resultado, y es que no basta con quitar la suciedad del exterior. El proceso continúa con un par de consejos más.
Con el propósito de que los vidrios no reflejen conviene emplear un limpiacristales con alcohol, humedeciéndolos primero con el producto y secándolos después con una bayeta de la que no se desprendan ni hilos ni residuos. Finalizado esto se pasaría a hacer lo propio desde el interior del vehículo, donde los vidrios también acumulan suciedad. Si bien aquí la limpieza no necesita ser tan exhaustiva, es recomendable pasar un trapo mojado o impregnado en limpiacristales.
De las lunas al limpiaparabrisas: el ‘paso a paso’ para cuidarlos como corresponde.
Reiterando lo anterior, los limpiaparabrisas del coche suelen pasarse por alto. Además de solicitar la revisión del sistema en nuestro taller, se pueden realizar a título personal ciertas labores de mantenimiento en lo que respecta a las escobillas. Para que mantengan su eficacia han de limpiarse periódicamente, con el objetivo de eliminar cualquier adherencia que interfiera en su barrido. Estos son los pasos a seguir:
- Retirarlas de los brazos de los limpiaparabrisas.
- Frotarlas con una esponja, un trapo o cualquier otro elemento blando.
- Humedecer el artículo seleccionado con jabón o limpiacristales para mayor eficacia.
- Volver a colocarlas en su lugar.
Cada cierto tiempo, aproximadamente un año, las escobillas han de ser sustituidas. Sin embargo, hay ciertas señales que nos pueden indicar de antemano su deterioro. Por ejemplo, si el barrido de las escobillas deja estrías o produce ruido quiere decir que el caucho del que se componen está dañado, por lo que no realizan su función adecuadamente.
Se puede prolongar la vida útil de los limpiaparabrisas incorporando ciertos gestos, como no accionarlos cuando el cristal está helado o acumula mucha suciedad (polvo, hojas, tierra). Guardar el coche a cubierto también evita el desgaste de las escobillas, provocado fundamentalmente por las inclemencias climáticas (cambios bruscos de temperatura, fenómenos meteorológicos, exposición solar) y aquellos agentes externos que acentúan su fricción contra el cristal.
Por último, no hay que olvidarse de la conservación de los lavaparabrisas del coche
Este apartado puede resumirse en dos tareas clave: supervisar el buen funcionamiento de los eyectores y controlar que el vehículo tenga suficiente líquido lavaparabrisas.
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