Las motos y los ciclomotores no se han librado de la clasificación que ha realizado la DGT con las etiquetas ambientales, pero en el caso de los vehículos de dos ruedas esta clasificación no es igual que en los coches.
El objetivo es realizar una discriminación positiva para los vehículos más ecológicos, es decir, favorecer a los que menos contaminan, penalizando, por tanto, a los más contaminantes.